“Cuando eres frágil, dependes de que las cosas ocurran como estaban planeadas, con la menor desviación posible…Cuando deseas las desviaciones, y no te importa la dispersión de los resultados que pueda traer el futuro, debido a que muchos serán provechosos, eres antifrágil”.
Taleb (2012:71)
Tanto en el ámbito personal como en el profesional, nos han enseñado que una de las fórmulas más efectivas hacia el éxito seguro reside en la planificación, es decir, en el establecimiento de los objetivos que queremos conseguir con la máxima precisión posible. Esta planificación, también deberá incluir las acciones que tendremos que realizar y las medidas de control oportunas para hacer un seguimiento de las mismas, para, en caso de desviarnos de lo planificado, tomar las medidas correctoras necesarias para volver al camino fijado con anterioridad.
Pero, ¿es realmente la planificación una receta mágica hacia el éxito? Bajo nuestro punto de vista, es más un deseo que una realidad, ya que, como veremos seguidamente, establecer como una generalidad algo que sólo funciona en ciertos contextos es uno de los principales problemas de la propia planificación.
Paradójicamente, existen agentes económicos y sociales que nos dicen de manera continua que vivimos en una sociedad híper turbulenta, volátil, con cambios permanentes y acelerados y que a la vuelta de la esquina trabajaremos en empleos que actualmente no existen, mientras por otro, nos dicen que para adaptarnos a ese futuro impredecible, turbulento, incierto… debemos tener claro lo que pretendemos conseguir y planificar hasta el último detalle para lograrlo. Pero, ¿podemos planificar lo impredecible? Evidentemente no. Entonces ¿cuándo es útil la planificación? Cuando el entorno es establece y predecible, ya que de esta manera podremos establecer metas y realizar acciones sin que la variabilidad del propio entorno las descontextualice de inmediato.
Por tanto, si queremos sentar las bases de una actuación que incremente nuestras probabilidades de desarrollo profesional en un contexto difícil de prever y en un momento donde hay muchas hipótesis abiertas con relación a cómo será el futuro a medio y largo plazo, estos son mis consejos para actuar con confianza y proactividad:
1 – Tener una base amplia de conocimientos y experiencias que nos permita comprender con amplitud y profundidad el ámbito donde desarrollamos o queremos desarrollar nuestra actividad profesional.
2 – Permanecer en contacto permanente con nuestro entorno profesional (ej.: acudir a eventos, leer información contrastada, relacionarse con profesionales del sector…), y cultivar la curiosidad para desarrollar una opinión objetiva con respecto a lo que sucede y lo que podrá suceder en el futuro, teniendo en cuanta la consistencia de las tendencias actuales.
3 – Ser lo suficiente perspicaz como para anticipar cambios no convencionales (ej.: asociar competencias profesionales aparentemente inconexas para crear un nuevo campo de conocimiento…), y que puedan suponer una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
4 – No dejar de aprender y entender puntos de vista diferentes, desarrollar una gran capacidad crítica con respecto a la información que recibimos y creer en nuestras competencias profesionales. El secreto reside en la especialización enriquecida mediante el estudio y la observación de otras áreas de conocimiento (ej.: ser un buen economista con conocimientos en neurología, psicología…).
5 – Desaprender aquellos hábitos de comportamiento, conocimientos y capacidades que nos limitan y nos impiden tener una visión del futuro amplia y diversa. En este caso, no podemos olvidar la influencia que tienen nuestras creencias sobre cómo nos comportamos y sobre la idea que nos hacemos del mundo, hecho que en numerosas ocasiones dificulta que desaprendamos ciertas conductas que nos alejan de la dinámica del entorno y el enriquecimiento personal y profesional.
6 – Atrevernos a innovar corriendo riesgos asumibles. Cuando se habla de disrupciones tecnológicas asegurando que el futuro estará lleno de cambios drásticos y permanentes, se suele acudir a las empresas que han tenido éxito mediante este tipo de innovaciones (ej.: Apple, Uber, Amazon…), obviando todos aquellos proyectos que han sido un fracaso. Por tanto, innovar es clave, arriesgarse es esencial, comprometerse con lo que hacemos es fundamental, pero no es más importante que tener una salida razonable en caso de que el proyecto resulte fallido.
7 – Ser adaptativo y flexible, lo que en ningún caso significa hacer cualquier trabajo a cualquier precio. Debemos estar abiertos al cambio y aceptar las nuevas tendencias y conocimientos, pero también tenemos la obligación moral de luchar por nuestras convicciones y principios.
Vivimos tiempos donde nos anuncian cambios drásticos en el funcionamiento de la economía y la sociedad. Probablemente, éstos no serán ni tan rápido como a algunos agentes económicos les interesa (ej.: profesionales y consultoras del ámbito tecnológico, fabricantes de robots…), ni tan tarde como otros desean (ej.: empresas petrolíferas, fabricantes de motores de combustión…), pero no podemos obviar que la revolución tecnológica en la que estamos inmersos, nos llevará a un futuro diferente en muchos aspecto al mundo actual y que deberemos estar preparados para jugar un papel activo en la configuración de nuestra vida y en la construcción de la sociedad en la que queremos vivir.
Referencias:
– Taleb, N.N (2012). “Antifragile: Things that Gain from Disorder”. Reino Unido: Penguin.
Luis Enrique Garcia Muriel
Muy interesante. De aplicación práctica en cualquier empresa a diario.
Pedro Oliveros
Vivimos en una sociedad que en el presente nos pide una especialización quirúrgica y a la vez ser sabios para prepararnos para el futuro.
Por otro lado somos padres comprometidos familiarmente y con una carga laboral diaria considerable.
Y tienes toda la razón del mundo, pero me faltan horas para conseguir y alcanzar las metas que muy inteligentemente expones.
Uffff, hay que intentarlo.
José María Tome
En nuestro oficio, la construcción, es mandatoria la planificación donde considero que la clave siempre es anticiparse a lo que va a suceder, nunca me pare a pensar esto debe ser en un entorno predecible, interesante reflexión que comparto ya que se llega a la meta marcada en lo profesional pero difícil que ocurra en la vida personal donde las desviaciones siempre son mayores